Un estudio realizado por la Universidad de Sidney publicado en la revista Frontiers in Nutrition ha detectado nuevos indicios de que el consumo de alimentos que tienen como ingrediente el aditivo alimentario E171 o dióxido de titanio podría desencadenar enfermedades intestinales o incluso cáncer colorrectal.
Además, hay estudios clínicos con ratas, realizados en países como Alemania o Francia, que asocian la inclusión en productos alimentarios de este colorante con enfermedades en el sistema inmunológico y cáncer, por lo que diferentes organizaciones civiles instan a los gobiernos a actuar contra este producto. De hecho, desde que comenzaron a publicarse estos estudios, algunas empresas de alimentación decidieron desechar este aditivo de su producción y retirarlo de sus productos.
Desde el chocolate hasta los chicles, el E171 se encuentra presente en más de 900 productos alimenticios, utilizado como blanqueador. Se puede decir que es consumido a diario por un porcentaje amplio de la población.
Este aditivo se presenta en la etiqueta como E171 o TiO2 y también se utiliza en productos cosméticos, pinturas o dentífricos.
A pesar de los estudios citados, en 2016, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) concluyó que los datos disponibles sobre el dióxido de titanio no suponen un riesgo para la salud humana. Aunque recalcaron la necesidad de llevar a cabo nuevas investigaciones que expliquen los efectos potenciales de este pigmento en el sistema reproductivo.
Sin embargo, Francia ha prohibido su uso en productos alimentarios a partir del año 2020, después de que sus autoridades sanitarias no encontraran suficientes evidencias que garanticen la seguridad ante la ingesta de este aditivo.
“Cada vez hay más pruebas de que la exposición continua a las nanopartículas tiene un impacto en la composición de la microbiota intestinal, y dado que la microbiota intestinal es un guardián de nuestra salud, cualquier cambio en su función influye en la salud general”, concluye la profesora Macia, inmunóloga experto en los impactos de la microbiota intestinal y en la salud de la Facultad de Medicina y Salud y el centro Charles Perkins.