La expresión ‘somos lo que comemos’ está cada vez más presente en nuestra sociedad. La preocupación por una alimentación saludable está creciendo y constantemente buscamos en los medios de comunicación y blog especializados opiniones de todo tipo de expertos en busca de ‘la dieta perfecta’.
Pero, ¿y en el pasado? ¿Qué comían nuestras generaciones anteriores? Hoy en día acudimos en masa a las grandes superficies de alimentación a comprar un sinfín de comida y productos ya elaborados. Tener más variedad nos parece imposible. Así que nos preguntamos, ¿y qué comían antiguamente? ¿Es cierto esa idea en ocasiones generalizada y que parece que todos damos por hecho de que antes se comía mejor?
Pues son diferentes las conclusiones que sacamos de algunos estudios elaborados por expertos en la materia. Como, por ejemplo, el estudio ‘Evolución de la alimentación de los españoles en el pasado siglo XX’ de Gregorio Varela, Presidente de la Fundación Española de la Nutrición o los datos oficiales ofrecidos por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación). Según esta última, la dieta que seguimos ahora es mucho más variada que la que se seguía hace unas décadas. Sin ir más lejos, en los años 60 más de la mitad de nuestra alimentación se basaba en hortalizas, patatas y cereales. Apenas se consumía carne o pescado. Hoy en día el consumo de carne y pescado supera el 15%. En general, en la actualidad, comemos más de todo y eso es bueno. Tenemos disponibles más tipos de alimentos y esa variedad aumenta las posibilidades de comer bien. Comer de manera correcta está al alcance de todos.
¿Y por qué pensamos que el tipo de alimentación actual supone una mayor ingesta de calorías? Para sorpresa de muchos, desde que se elaboró el primer Estudio Nacional de Nutrición y Alimentación (ENNA) la ingesta calórica de los españoles ha disminuido aproximadamente en 400 Kcal. Aunque eso sí, aún estamos algo por encima de la media recomendad (2.199Kcal). A finales de los 80 alcanzamos el pico de kilogramos consumidos por los españoles, empezando su reducción en 1990 y hasta hoy, que sigue en descenso.
Existe otra creencia generalizada que asegura que siempre se ha comido mejor en el campo que en la ciudad y esta también es puesta en duda por Varela. Puede que en algunas zonas rurales los productos sean más frescos, pero también menos variados. Y uno de los principios más repetidos por los nutricionistas es aquel que defiende que una dieta variada es garantía de equilibrio nutricional.
Y si existe una dieta variada reconocida mundialmente esa es la dieta mediterránea, que a pesar de lo que muchos creen, no se instaura plenamente en España hasta los años 70 cuando comienza a aumentar el consumo de verduras, frutas y pescado frente a la mayoría de cereales, patatas y legumbres.
Con todos estos datos y opiniones de expertos sobre la mesa, desmontamos algunos de los mitos sobre la mala alimentación que tenemos hoy en día frente a la de épocas anteriores. Nuestra dieta depende del cambio de hábitos que cada uno estemos dispuestos a asumir. Tenemos a nuestro alcance la mayor variedad de alimentos y productos que hemos tenido nunca y la posibilidad de comer bien sólo depende de nosotros.
